Detrás de cada logro, hay otro desafío y en medio, quedan los sueños.

Seguidores

domingo, 23 de septiembre de 2012

Dos

Me paré un segundo entre los miles de besos de aquella noche, se volvió a levantar una pequeña brisa que trajo un poco más arena a nuestra ropa tirada por las dunas en las que nos perdimos siete noches de verano. A la vez el fuerte sonido de las olas me hizo estremecerme, ¿Nos quedaríamos ahí?, ¿qué haría yo después de las noches en las que el mundo se quedaba tan pequeño a nuestro lado?

-Eh, ¿qué te pasa? -susurraste mientras inundabas mi cuello de besos.

-Mierda.- pensé - ¿ahora qué le diré? - me quedé tan paralizada como el tiempo en ese momento. No era capaz de decir una sola palabra.
-Pero, ¿qué te pasa?, ¿te ocurre algo?- seguiste insistiendo. ¡Claro que me pasaba! vaya "preguntitas" se te ocurrían hacer en ese momento. -volviste a insistir - Mírame, el tiempo corre en nuestra contra y después de todo el esfuerzo no quiero estar un segundo sin ti.
En ese momento me atreví a hacer solo una pregunta, la que lo explicaría todo.
-¿Porqué? - dije medio gritando - ¿Porqué ni un segundo sin mí?, eh ¡responde!
Me miraste atónito, no te esperabas aquello, ¿verdad?. Te limitaste a responder - No lo sé.
Entonces me separé de ti bruscamente, y empecé a preguntarte muy rápido y mil veces lo mismo
-¿Porqué?, ¿porqué?, ¿porqué?, ¿porqué?, ¿porqué?, ¿porqué?, ¿porqué?, ¿porqué?, ¡¡¡¡¿porqué?!!!!
-Porque te quiero capulla.





Como si ya no importara nada más, como si me hubiese dado un baño de felicidad, volví a besarte.




No hay comentarios:

Publicar un comentario